Soltar….dejar ir

Nuestros duelos se consideran normales siempre que no quedemos anclados para siempre en ellos. A la persona que se marchó por muerte o separación sentimental, no se olvida jamás si la hemos amado, pero la vida continúa y el privilegio de seguir vivos no lo podemos desaprovechar.
El secreto es:

El duelo en una pandemia por covid


Hemos aprendido demasiadas cosas durante la pandemia, que nunca deberíamos olvidar.

Valorar lo que tenemos: salud, recursos, amigos, sistema sanitario y educativo, oportunidades… y sobretodo en estos momentos la libertad de expresión, la toma de decisiones, movilidad….❤️
Te invito a oír el programa de » Juntos paso a paso» en RNE

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Duelo ante el turismo emocional

“Tú no sabes quedarte. Llegas, desordenas mi vida y te vas: lo tuyo no es amor. Es turismo emocional.” (Edel Juárez)

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Las relaciones de pareja corresponden a una de las relaciones más intensas que se pueden establecer entre seres humanos y son el vínculo de mayor significación fuera de la familia de origen (Maureira, 2011).

¿Que es el turismo emocional?

El término turismo proviene del inglés. En efecto, deriva de tourism y éste a su vez, procede del francés tour. Tour significa gira, que también quiere decir vuelta. El concepto implícito en este vocablo es que quien se va de gira, regresa nuevamente al lugar original de donde partió. Por eso se asocia esta palabra con hacer viajes para finalmente regresar. Tanto el vocablo inglés como el francés están relacionados con la palabra latina tornus, torni cuyo significado es vuelta o movimiento.

El turista emocional es aquella persona que puede estar abatida por las recientes tormentas y no sabe a dónde va o, quizás, tampoco busca ningún puerto. También podemos encontrar a turistas emocionales que están “desesperados” por encontrar un paraíso, iniciando su viaje con expectativas de encontrar la “pareja perfecta”. Van saltando de persona en persona, de un lugar a otro, de un puerto al siguiente. Sin rumbo fijo. Simplemente se dejan llevar.  Buscan placer, alegría y euforia. No sienten necesidad de comprometerse ni se responsabilizan de las personas con las que se vinculan.Optan por insensibilizarse y por mantener vínculos interpersonales con los demás a modo de pasatiempo turístico.

Esta conducta del turista emocional  puede ser muy peligrosa psicológicamente. Es una manera de vivir el día a día que puede llegar a ser adictiva y generar dependencia

Este tipo de conductas en ocasiones tiene su causa en experiencias anteriores y fracasos sentimentales no resueltos. Las rupturas amorosas son bastante frecuentes y casi todos  hemos pasado por esa experiencia. Las causas pueden ser varias: 1.-crónicas anunciadas desde el principio de la relación, debido a la incompatibilidad que existe entre las dos personas, 2.- fracaso involuntario y pérdida por proceso (muerte lenta) en ellas  o se deteriora la comunicación o  la relación se va debilitando lentamente y 3.-la muerte repentina de la relación, se produce de manera inesperada, su motivo puede ser el engaño o una discusión fuera de control .

Por otra parte, la decisión de abandonar una relación suele ser unilateral y en la mayoría de las ocasiones estas decisiones no son comunicadas explicitamente a la pareja, lo que ocasiona mayor ambigüedad en la persona que ha sido abandonada.y dificultad para afrontar  la nueva situación. Según Weber ante una ruptura las personas necesitan saber claramente lo que ha ocurrido y si se desconoce crea gran confusión, también el cierre o despedida sirve para salvar la dignidad y reparar la autoestima.

Las consecuencias  para la personas abandonadas son dificultades para  dormir, pérdida del apetito,  incapacidad para concentrarse en el trabajo, o incluso  llorar a menudo sin razón aparente, y, en algunos casos, se recurre al alcohol, a las drogas o a los tranquilizantes para apaciguar el dolor y ausentarse emocionalmente. Peñafiel  señala que el nivel de estrés no solo está dado por la ruptura en sí, sino por toda la serie de modificaciones —personales, familiares, económicas y sociales— que sobrevienen de ella.

Al ser una pérdida de un ser querido el duelo ha de superarse y aparecerán las 5 etapas descritas por la psiquiatra  Elisabeth Kübler-Ross:

 1. Fase de negación y aislamiento.

Es una etapa generalmente breve, se niega la realidad y se actúa como si todo continuara igual, debido al impacto que produce la ruptura y la dificultad para asimilarlo.

2. Fase de ira

Esta fase se caracteriza porque la persona siente una rabia y una ira muy fuerte hacia la persona que le ha dejado. Si en la fase anterior la persona no quería aceptar la realidad, ahora siente una tremenda frustración por lo que ha ocurrido y culpa a la otra persona de los males de la pareja. Entonces suele aparecer la venganza. En ocasiones, ocurre también que, ante esta situación, la rabia se dirija hacia uno mismo o las personas a su alrededor (e incluso hacia el mundo entero).

3. Fase de negociación

No nos creemos que haya terminado, aquí alimentamos la idea de que esa persona vuelva, mantenemos la esperanza de que sea algo pasajero, Esta fase puede ser realmente peligrosa si no se gestiona bien, pues en un intento de aceptar la situación y acercarse a la otra persona de nuevo, se puede cometer el error de tratar de hacer cualquier cosa por recuperar la relación.

4. Fase de depresión

En esta etapa la persona pierde la esperanza de recuperar a esa persona que realmente ha amado. Comienza a ser objetivo y a darse cuenta de que no hay marcha atrás. Por lo que se siente realmente apenado ante la pérdida de quien fue tan especial para él o ella. Pensamos que no existirá nadie que rellene ese hueco en nuestro corazón, que nos devuelva la sonrisa con solo una mirada.

5. Fase de aceptación

Tras la tristeza de la fase anterior, la persona comienza a visualizar un nuevo futuro. Acepta que la relación se acabó y que lo que no pudo ser, no será. Ya no se acuerda tanto de la otra persona y se siente en paz y preparado para conocer a una nueva pareja. Es una etapa de reconstrucción personal, el duelo está superado.

Estas etapas pueden aparecer de forma desordenada o retroceder ante situaciones determinadas.

«Terminar una relación no es un fracaso.Fracaso es continuar con una relación insana y carente de evolución».

Aprendamos a VIVIR…….. y moriremos tranquilos y en paz❤️

Borges escribió que “morirse es una costumbre que tiene la gente, como la siesta”
¿Qué es lo que en nosotros se resiste a la hora de morir?
-Las sombras, lo que no hemos vivido, las cosas que no tenemos resueltas, las que hemos dejado pendientes. Hay que prever que en cualquier momento nos puede llegar la hora de morir. Hay que vivir despierto, y en paz con nosotros mismos y con los demás, sobre todo con las personas que apreciamos.muerte_8448_1

Pinchar aquí:Morir es un proceso interesante, no duele, termina bien

La solidaridad en el proceso de duelo

La sociedad actual no nos permite sufrir. Para casi todo hay una pastilla anestésica; un comentario balsámico como un era lo mejor que podía pasar o el rechazo a los sentimientos con un no llores, que pasará. La lucha por no sufrir y por no aceptar la muerte ha patologizado el duelo. «Pero éste es un proceso natural que hay que expresar porque nos habilita a encontrar el equilibrio después de la pérdida, y necesitamos que haya gente a nuestro alrededor que lo entienda», advierte la psicóloga y experta en pérdidas, Margalida Estarellas, tras una década de experiencia profesional viendo la cara al dolor en una unidad de cuidados paliativos.15415382430876Pinchar aquí: «El duelo es saber que todo volverá a ir bien pero nada volverá a ser igual»

Buscate un amante

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Muchas personas tienen un amante y muchas otras quisieran tenerlo.
Y también están las que no lo tienen, porque no quieren y las que lo tenían y lo perdieron, o decidieron perderlo.
Misteriosamente son generalmente estos dos últimos grupos los que más vienen a mi consulta para decirme que están tristes o que tienen distintos síntomas: insomnio, falta de voluntad, pesimismo, crisis de llanto o los más diversos dolores.
Cuentan que sus vidas transcurren de manera monótona y sin expectativas, que trabajan nada más que para subsistir y que no saben en qué ocupar su tiempo libre.
En fin, palabras más, palabras menos, están verdaderamente desesperanzadas.
Antes de contarme esto ya han visitado otros consultorios en los que recibieron la condolencia de un diagnostico seguro: Depresión… y la infaltable receta del antidepresivo de turno.
Yo, después de escucharlas atentamente, les digo que no necesitan un antidepresivo; que lo que realmente necesitan… ES UN AMANTE.
Es increíble ver la expresión de sus ojos cuando reciben mi veredicto.
Están los que piensan: ¡Como es posible que un profesional se despache alegremente con una sugerencia tan poco científica! Hacen un decoroso silencio, miran el reloj esperando el final de la consulta y se retiran para siempre.
También están los que escandalizados se despiden en ese mismo momento y muchas veces tampoco vuelven nunca más.
A los que deciden quedarse les doy la siguiente definición:
“Un Amante es cualquier cosa que nos apasione, lo que ocupa nuestro pensamiento antes de quedarnos dormidos y también aquello que, a veces, no nos deja dormir. Nuestro amante es lo que nos vuelve distraídos frente al entorno, lo que nos hace saber que la vida tiene motivación y sentido”.
Un amante puede ser nuestra pareja, si nos animamos a encontrarlo allí.
En otros casos es otro alguien que no es nuestra pareja.
También podemos hallarlo en la investigación científica, en la literatura, en la música, en la política, en el deporte, en el trabajo cuando es vocacional, en la necesidad de trascender espiritualmente, en la amistad, en la buena mesa, en el estudio, o en el obsesivo placer de un hobby que nos monopoliza cada instante “suelto”.
En fin, es “alguien” o “algo” que nos perturba la conciencia al punto de dibujarnos una sonrisa al solo pensarlo apartándonos, aunque sea por un momento, del triste destino de sobrevivir.
Sobrevivir es durar y en el fondo esta gobernado por el miedo a vivir de verdad. Es dedicarse a espiar como viven los demás, es tomarse la presión, deambular por consultorios médicos, tomar remedios multicolores, alejarse de las gratificaciones, observar con decepción cada nueva arruga que nos devuelve el espejo, cuidarnos del frío, del calor, de la humedad, del sol, de la lluvia y de las emociones fuertes.
Durar es postergar la posibilidad de disfrutar hoy, esgrimiendo el incierto y frágil razonamiento de que quizás podamos hacerlo mañana
Por favor no te empeñes en sobrevivir, búscate un amante!
Sé vos mismo el amante de alguien o de algo. Sé el protagonista… de tu vida.
La muerte llegará; al fin y al cabo, la muerte tiene buena memoria y nunca se olvidó de nadie.
Mientras tanto y sin dudar, búscate un amante!
Lo trágico no es morir … lo trágico, es no animarse a vivir.
La psicología, después de estudiar mucho, descubrió algo trascendental: para vivir feliz, activo, o satisfecho hay que tener un motivo.
A ese motivo lo llamo hoy un amante.
Hay que ponerse de novio con la vida y hay que amarla con la pasión de los que auténticamente están enamorados.
Buscate pues HOY…. un amante.

Fuente: Página web de Jorge Bucay – http://www.bucay.com

Ayudar a otros, tras la pérdida de un hijo

Hay palabras como “viudo” o “viuda” que designan a aquel que sobrevive a un cónyuge; o “huérfano”, a quien ha perdido tempranamente un padre. Sin embargo, no existe nominación alguna para quien ha sobrevivido a un hijo.

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Ante el dolor de la pérdida las respuestas pueden ser muy variadas: tristeza , dolor, culpa,soledad , añoranza,angustia , amargura…También pueden estar presentes otro tipo de emociones como la esperanza, fuerza, gratitud y la compasión entendida como solidaridad ante otras personas que sufren.

Estos padres supieron canalizar su dolor, ayudando a superar sufrimientos… Enhorabuena por vuestro ejemplo.

PINCHAR AQUÍ: Trás la pérdida de un hijo

 

Como vivas… así moriras

PINCHAR AQUÍ :    Creencias y valores

Llevar una vida plena y con sentido.

Respóndete tú mismo: imagínate en tu lecho de muerte: ¿qué querrás en ese instante? ¿Que haya un Porsche en tu garaje, quizá?

Como vivas, moriras

Para aprender a morir…, primero nos deberían haber enseñado a «VIVIR», asignatura pendiente para padres, educadores y adultos que distraídos, con valores centrados en la productividad y el consumismo se alejan del desarrollo de  creencias y valores más internos.

Son muchas las personas que al pasar por situaciones de perdidas son más conscientes(aprenden), que lo importante en la vida es el cultivo de la amistad, haber estado más tiempo con sus seres queridos, valorar a los que les rodean  «sin usar ni tirar» como hacemos con las cosas materiales, o valorar lo privilegiados que somos de tener nuestras necesidades básicas cubiertas, sabiendo lo que es estrictamente necesario de aquello que son necesidades creadas o lujos, que nos crean más insatisfacción que felicidad, o valorar el acceso que tenemos a la cultura que nos da la oportunidad de conocer alternativas para la elección de lo que queremos ser o hacer. Quien se enamora del saber puede cultivar mejor su ingenio. No disponemos de otros caminos para afrontar la grosería de la ignorancia. Por ello no dejéis de ver el siguiente vídeo. Me encantó

Leer su libro: Las Cinco Invitaciones. Frank Ostaseski